La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, señala que invertir en ciencia, tecnología e innovación (CTI) es fundamental para el desarrollo económico y el progreso social. No obstante, la brecha de género en CTI ha sido tema de atención en las últimas décadas, donde se evidencia una inmensa desigualdad en la investigación científica y las actividades de patentamiento entre los hombres y las mujeres.
Patentar es obtener el documento que acredita que una persona es una creadora o inventora de algo: de un proceso o de un artefacto no existente previamente. En el caso de ellas, las mujeres patentan alrededor de 40% de la tasa de patentes de sus compañeros masculinos en el ámbito mundial.
Los estudios también señalan que en todos los países, en todos los sectores y en todos los campos, el porcentaje de mujeres que obtienen patentes no solo es menor que el de sus homólogos masculinos, sino que el porcentaje de mujeres en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas es también mucho más bajo. ¿El por qué de estos desequilibrios? Aspectos socioculturales, el trabajo doméstico, pobreza y brechas educativas que afectan más a las niñas y las mujeres.
¿Por qué las mujeres no eligen disciplinas científicas? Según un estudio publicado por la revista Science, la socialización recibida durante la infancia y en el primer ciclo educativo, está profundamente permeada por los estereotipos de género, el cual impacta directamente en la formación de los intereses de ella y en las decisiones que tomará en el futuro. Por tanto, existe un estereotipo del genio científico proyectado sólo en el hombre, lo que limita las carreras de las mujeres en la Ciencia.
En este contexto, una ciencia que excluye en gran medida el talento, la visión y las capacidades de las mujeres no puede ser la mejor, ya que en un ámbito como la investigación, que se basa en la innovación y en la generación de nuevas ideas, ésta se estimula y fomenta en ambientes diversos y no uniformes.
La ciencia y la igualdad de género son fundamentales para el desarrollo sostenible. Lamentablemente, en Chile la participación femenina en el área científica bordea 30%, y las mujeres que patentan son aún menos. Nuestro país requiere CTI para avanzar hacia un desarrollo sostenible, es decir sin comprometer la disponibilidad de los recursos naturales para el futuro y en un contexto de equidad e impacto social. En este escenario la participación, aporte y visión de la mujer es fundamental. El desafío es grande y resta mucho por hacer.